martes, 15 de noviembre de 2011

Si retrocedes, que sea para tomar impulso...

Persigue tus sueños, cura tus heridas, sigue a delante. Si te caes, que sea por que el suelo te pide un abrazo. Si retrocedes, que sea para tomar impulso. Si lloras que sea de felicidad. Date de ostias con quien te diga que tus sueños son imposibles, ríete de todo aquel que intente hacerte daño. Escucha la canción de tu vida, ponle ritmo a tus días. Marcate una meta, haz de cada día un mundo y de cada mundo un lugar para ser feliz. Sonríe, sé fuerte, lucha, pelea por lo que realmente te haga feliz. Si algo va mal, no te preocupes. Aprende de la situación. Después de la tormenta siempre viene la calma. Recuerda, que no debes buscar la felicidad, ella ha de encontrarte a ti, la felicidad no es una meta, si no un estilo de vida. La satisfacción de llegar a la meta no te la quita nadie, pero la felicidad se encuentra en el camino, en las pequeñas cosas, en el día a día, en cada persona que te rodea

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